[Self-esteem, self-image, and school bullying in eating disorders]

Nutr Hosp. 2022 Aug 26;39(Spec No2):41-48. doi: 10.20960/nh.04177.
[Article in Spanish]

Abstract

Body dissatisfaction (BD) is considered one of the most important risk factors for the development of an eating disorder (ED), and low self-esteem a confirmed psychological trait of vulnerability. People with ED or related characteristics suffer more often (two to three times more) from bullying or teasing related to appearance. Special mention should be made of participants in intimidation and harassment behaviors, both as victims or perpetrators, who are at greater risk of developing food symptoms. The results are homogeneous when the control group is made up of the general population and more contradictory with psychiatric control groups. It is also necessary to study cyberbullying because of its relevance. Teasing interventions do not appear to be a priority in ED prevention programs, although EAT-IV results support the importance of targeting weight-related ridicule in education and health initiatives, and of including the family environment as a target in anti-bullying interventions, especially in girls. It will be necessary to consider different models of preventive intervention depending on their gender. In both sexes, personal and socio-family education interventions would be appropriate to expand a more flexible body aesthetic model. Interventions based on health promotion and education to improve self-esteem, where positive body image is promoted with face-to-face interventions, have been successful in reducing BD and ED. Body Project, ZARIMA, DITCA and AMEMC are effective programs.

La insatisfacción corporal (IC) se considera uno de los factores de riesgo más importantes para el desarrollo de un trastorno de conducta alimentaria (TCA). Y la baja autoestima como un rasgo psicológico de vulnerabilidad confirmado. Las personas que tienen TCA o características afines sufren con más frecuencia (dos a tres veces más) acoso escolar o burlas relacionadas con la apariencia. Mención especial merecen los participantes en conductas de intimidación y acoso, tanto cómo víctimas o verdugos, que tienen más riesgo de desarrollar sintomatología alimentaria. Los resultados son homogéneos cuando el grupo de control lo constituye la población general y más contradictorios con grupos de control psiquiátricos. Se hace necesario también estudiar el ciberacoso o cyberbullying, por su actualidad. Las intervenciones en las burlas no parecen ser una prioridad en los programas de prevención de los TCA, aunque los resultados del EAT-IV apoyan la importancia de abordar las burlas relacionadas con el peso en las iniciativas de educación y salud e incluir el ambiente familiar como diana en las intervenciones anti-bullying, especialmente en las chicas. Habrá que plantearse diferentes modelos de intervención preventiva en función del género. En los dos sexos serían apropiadas las intervenciones personales y de educación sociofamiliar para expandir un modelo estético corporal más flexible. Las intervenciones basadas en la promoción y educación de la salud para mejorar la autoestima, donde se promociona la imagen corporal positiva con intervenciones presenciales, han tenido éxito en reducir IC y patología alimentaria. Body Project, ZARIMA, DITCA y AMEMC son programas efectivos.

Keywords: Trastornos de la conducta alimentaria. Prevención. Autoestima. Imagen corporal. Insatisfacción corporal. Acoso escolar..

MeSH terms

  • Adolescent
  • Adolescent Behavior* / psychology
  • Body Image / psychology
  • Feeding and Eating Disorders* / epidemiology
  • Female
  • Humans
  • Male
  • Schools
  • Self Concept