Las infecciones nosocomiales presentan un gran reto para la medicina hospitalaria, en general, y para las Unidades de Cuidados Intensivos, en particular. Su elevada prevalencia, la gran morbilidad y mortalidad asociadas, el incremento de la estancia hospitalaria y, en consecuencia, los costos de la atención médica han hecho que los programas de vigilancia, control y prevención de infecciones nosocomiales sean una parte toral de los protocolos de seguridad para el paciente y un indicador de calidad de la atención médica.