This paper reviews Italian Development Assistance for Health and overall contribution to Global Health from 2001 to 2012. It analyses strategies and roles of central and decentralized authorities as well as those of private non-profit and corporate actors. The research illustrates a very low and unstable official contribution that lags far behind internationally agreed upon objectives, a highly fragmented institutional scenario, and controversial political choices favouring "vertical" global initiatives undermining national health systems, and in contrast with Italian deep-rooted principles, traditional approaches and official guidelines. Italy's contribution to global health goes beyond official development aid, however. The raising movement toward Universal Health Coverage may offer an extraordinary opportunity for a leading role to a country whose National Health System is founded on the principles of universal and equitable access to care. At the same time, the distinctive experience of Italian decentralized cooperation, with the involvement of a multiplicity actors in a coordinated effort for cooperation in health with homologous partners in developing countries, may offer--if adequately harnessed--new opportunities for an Italian "system" of development cooperation. Nevertheless, the indispensable prerequisite of a substantial increase in public funding is challenged by the current economic crisis and domestic political situation. For a renewed Italian role in development and global health, a paradigm shift is needed, requiring both conceptual revision and deep institutional and managerial reforms to ensure an appropriate strategic direction and an efficient and effective use of resources.
Resumen: Este artículo analiza la contribución de Italia a la Salud Global y su Ayuda para el Desarrollo en Salud desde 2001 hasta 2012. Se analizan las estrategias y los roles de las autoridades centrales y descentralizadas, así como de los actores privados lucrativos y no lucrativos. La investigación muestra una contribución oficial muy baja e instable, muy por debajo de los objetivos internacionales acordados; un escenario institucional altamente fragmentado y líneas políticas controvertidas que han favorecido iniciativas globales “verticales” que por un lado socavan los sistemas nacionales de salud, y por el otro están en contradicción con arraigados principios, enfoques tradicionales y las líneas guías oficiales de Italia.
Pero la contribución de Italia a la salud global va más allá de la ayuda oficial al desarrollo. El creciente movimiento para la Cobertura Universal de Salud puede ofrecer una oportunidad extraordinaria de liderazgo para un país cuyo Sistema Nacional de Salud se funda en los principios del acceso universal y equitativo a la atención. Al mismo tiempo, si adecuadamente aprovechada, la peculiar experiencia italiana de cooperación descentralizada, que involucra una multiplicidad de actores en un esfuerzo coordinado de cooperación en salud con sus homólogos en los países en desarrollo puede ofrecer nuevas oportunidades par el “sistema” italiano de cooperación al desarrollo. Sin embargo, la actual crisis económica y la situación política nacional representan un desafío para el prerrequisito indispensable consistente en un substancial aumento de financiamientos públicos. Un rol renovado de Italia en temas de desarrollo y salud global, requiere un cambio paradigmático. Este necesita tanto un revisión conceptual, como profundas reformas institucionales y gerenciales, para asegurar una dirección estratégica apropiada y un uso eficiente y eficaz de los recursos.