Experimental Rock Outcrops Reveal Continuing Habitat Disturbance for an Endangered Australian Snake

Conserv Biol. 2000 Dec 18;14(6):1908-1912. doi: 10.1111/j.1523-1739.2000.99458.x.

Abstract

Protected areas are commonly viewed as safe havens for endangered species. To test this notion, we experimentally constructed small rock outcrops for the endangered broad-headed snake ( Hoplocephalus bungaroides) within a national park near Sydney, Australia. Rock outcrops provide vital shelter sites during the cooler months of the year. Constructed rock outcrops (3 × 5 m) were placed at 11 paired sites located near (≤250 m) and far from (>400 m) walking tracks and roads. Eight of our 22 rock outcrops were disturbed by people over a 15-month period. Disturbance consisted of displacement of some rocks or complete destruction of the outcrop. Disturbed outcrops occurred up to 450 m from a walking track or road. Disturbance to natural outcrops has also been observed in this park. This demonstrates a continuing decline in the quality of this snake's habitat. Twenty of our rock outcrops were colonized by velvet geckos (Oedura lesueurii), the primary prey of this snake. One broad-headed snake was found in one outcrop. According to these findings, attempts to restore the habitat of this endangered snake should be centered on sites located ≥500 m from a walking track or road. Our study highlights the value of targeted experiments that precede larger-scale habitat restoration.

Las áreas protegidas son comúnmente vistas como paraísos libres de riesgos para las especies amenazadas. Para probar esta noción, construimos experimentalmente pequeños farallones rocosos para la serpiente amenazada de cabeza ancha ( Hoplocephalus bungaroides) dentro de un parque nacional cercano a Sydney, Australia. Los farallones de roca proveen protección vital durante los meses más fríos del año. Los farallones construidos (3 × 5 m) fueron colocados en once sitios pareados localizados cerca (≤250 m) y lejos (>400 m) de los senderos y carreteras. Ocho de los 22 farallones fueron perturbados por gentes sobre un período de 15 meses. La perturbación consistió en el desplazamiento de algunas rocas o en la completa destrucción del farallón. Los farallones perturbados se encontraban hasta 450 m de los senderos o las carreteras. La perturbación de farallones naturales también ha sido observada en este parque. Esto demuestra una disminución continua de la cantidad de este tipo de hábitat para las serpientes. Veinte de nuestros farallones fueron colonizados por gecos velvet (Oedura lasueurii), la principal presa de esta serpiente. Con base en estos resultados, los intentos para restaurar el hábitat de esta especie de serpiente amenazada deberán centrarse en sitios localizados ≥500 m de los senderos o las carreteras. Nuestro estudio subraya el valor de los experimentos que preceden a esfuerzos de restauración del hábitat a gran escala.