La COVID-19 puede presentar síntomas prolongados no solo respiratorios, sino también extrapulmonares.
Las alteraciones hematológicas, cardiacas y neurológicas pueden llegar a ser las más graves, pero otras manifestaciones pueden también impactar sobre la calidad de vida.
El papel de atención primaria durante el seguimiento es fundamental, identificando problemas y orientando su tratamiento.
El trabajo multidisciplinar y en equipo es la base de una correcta atención a estos pacientes.